La casa, ubicada en Tepoztlán, se caracteriza por un basamento artesanal, de piedra de texcal, que es ocupado por parte del programa de la casa. Transita de una fachada exterior hermética a un gran espacio abierto que integra la vegetación exuberante del jardín. Predominan la piedra y la madera. Las superficies, recubiertas de piedra de texcal y vegetación, construyen recintos de penumbra habitable. El agua, presente dentro y fuera de la casa, refresca todos los espacios, los llena de aire y sonidos. A modo de claustro, el recorrido de la casa entreteje interior y exterior hasta desembocar en la terraza y el gran jardín a cielo abierto. Sobresale en la planta alta una caja flotada de madera como recámara principal y en la planta baja, un estanque con deambulatorio. La casa modula distintos ambientes de intimidad y disfrute de la naturaleza, ejemplo de ello, son la posa exterior y un pequeño jardín secreto que alberga un ciruelo que se asoma tras un muro de piedra al fondo del jardín principal.